Dejamos atrás la villa marinera de Tazones y rodamos por la N-632, “la carretera de la costa” bordeando la cosmopolita ciudad de Gijón. Un corto tramo de la Autovía del Cantábrico será la que nos lleve hasta Soto del Barco y de ahí, nuevamente por la nacional, llegaremos hasta Cudillero. Poco regresaremos sobre nuestros pasos para visitar Somao, elegido Pueblo Ejemplar de Asturias 2020 y contemplar su legado indiano. Continuamos rumbo hacia el turístico Valle del Trubia donde podremos visitar lugares como la Casa del Oso y en el pueblo de Entrago comenzaremos el ascenso hacia los imponentes Puertos de Marabio donde, desde la ermita de Santa Ana, obtendremos unas impresionantes vistas de esta Asturias salvaje. Grado cerrará el círculo de este pequeño recorrido y, saliendo de nuevo a la costa, nos asomaremos al mar de nuevo en el Cabo Busto donde podremos fotografiar su faro y los acantilados. Muy cerquita se encuentra Luarca, otra de las villas marineras por excelencia y es que si, hay algo que identifica el paisaje asturiano, además de sus praderías y montañas, es el mar.